Arrancamos nueva semana con música clásica de calidad. No temáis, no es que me haya dado por Beethoven o Mozart (aún no, jeje); me refiero a pop-rock clásico con mayúsculas y con solera. Hoy toca una lección doble que he decidido confeccionar gracias a las aportaciones de amigos en mis redes sociales. Al preguntar por la formación de la que hablaremos, la respuesta ha sido algo menos tímida que en el caso de DEF CON DOS (ver post anterior), lo cual se agradece. Esta vez, mi aprecio a la hora de inspirarme a escribir va para cuatro personas: Alana Cavalcanti, Ewing Jesús, Jaume Arboledas y Jaume Fibla. Ahora sí, vamos a por el ALAN PARSONS PROJECT.
Tanto Eric como Alan provenían de grandes gestas musicales por separado: el primero, la parte más letrista, había firmado letras para artistas como Marianne Faithfull y Carl Douglas (de su mano nació la discotequera "Kung Fu Fighting") ; también tuvo tratos con Led Zeppelin, 10 CC y otras dos figuras clave que ayudarían a modelar el toque orquestal de la formación que vendría después: el rey de los musicales modernos Sir Andrew Lloyd Weber y el arreglista Andrew Powell. El segundo, por su lado, adquirió relevancia en los entornos más técnicos de la música: a finales de los 60 se vió colocado como ingeniero de sonido para los dos últimos discos de estudio los Beatles y, ya en la década siguiente, modelando la sonoridad de uno de los discos must-have del rock: "Dark Side Of the Moon" de Pink Floyd. Esa obra lo catapultó como músico de estudio total, pues inventó el concepto de la grabación y mezcla "cuadrafónicas", un avance tecnológico equiparable al SenSurround (sistema de sonido envolvente de las salas de cine de la época).
Hay una cierta paradoja en este tipo de formaciones que es la de tener unas producción pluscuamperfecta pero poco adecuada para que la escuchen los grandes públicos que compran música: aparte del minutaje ya citado, había una descompensación entre la inversión económica en horas de grabación y mezcla y la promoción misma de los discos. Los resultados comerciales, en el caso Alan Parsons' Project un ejemplo de lo que ocurría de paso con otras formaciones: si no puedes trasladar al directo la misma infraestructura que tienes en el estudio, no importa lo grande que sea el sello que tienes detrás, pues la repercusión será menor. Hay que considerar que el propio Alan Parsons hizo del estudio su zona de confort y no fue hasta que el dúo se separó en 1990 que empezó a pensar en salir a tocar en vivo con grupo propio, una idea que aún dejaría madurar unos cuantos años más hasta ya entrado este siglo. No hace mucho, por ejemplo, sólo unos pocos fans españoles suertudos pudieron ver cumplido ese sueño en dos conciertos en Jerez De La Frontera y Barcelona en el verano de 2019. El músico planeaba regresar a las Españas con una fecha única programada para junio de 2020, que naturalmente fue cancelada a causa de la pandemia.
En general, las certificaciones de oro y platino de la mayoría de sus discos, sobre todo en EEUU, estaban contrapesadas con permanencias muy breves en las listas.
Contando todos sus álbumes, la permanencia en listas inglesas fue de los 7 días de "Eve" (1979) a las ocho semanas de "I Robot" (1976) y "Ammonia Avenue" (1984) - estos dos fueron los discos que llegaron más alto en los charts de su país, pero siempre por debajo del Top 20; en Estados Unidos no fue hasta los años 80 que empezaron a elevarse tanto las ventas reales como sus posiciones en el Billboard General y Rock, con piezas como "Eye In The Sky ", "Stereotomy", "You Don't Believe", "Standing on Higher Ground" o "Let's Talk About Me", todas ellas publicadas con videoclips bastante vistosos. A pesar de sus cifras comerciales que superan los 50 millones de ejemplares, en ninguna de las dos orillas alcanzaron siquiera un sólo hit Número Uno.
En lo puramente musical, un elemento común es la alternancia de piezas instrumentales grandiosas (p. eje, "Mammagamma", "Lucifer") con números vocales de pop-rock que pisan fuerte ("I Wouldn't Wanna Be Like You", "Damned If I Do") y baladones como "If I Could Change Your Mind", "Time" o "Out Of The Blue". Apariciones estelares como Clare Tory, Lesley Duncan, John Miles o Tony Hadley (exacto, el cantante de Spandau Ballet) dan pistas de cómo el dúo de compositores se adelantó a su paisano Mike Oldfield en esto de usar cantantes para perseguir un éxito.
Además, se podría decir que Alan Parsons' Project es la banda que mejor desarrolló la idea de "Álbum Conceptual" en el que un conjunto de canciones están ligadas por música o por letras a una temática, aunque luego funcionaran por separado por lo puramente comercial. Así, en 1976, los "Cuentos de Misterio e Imaginación" de Edgar Allan Poe (1809-1849) colocaron al dúo en los oídos de medio mundo igual que hace ya dos años la novela medieval anónima "Flamenca" inspiró el superventas "El Mal Querer" de Rosalía. En este punto, ignoramos qué otra gran celebridad moverá a la cantante catalana en sus próximas composiciones, pero por si acaso, Isaac Asimov (1920-1992), Antoni Gaudí (1852-1926) y Sigmund Freud (1856-1939) ya fueron trillados por Parsons y Woolfson en los discos "I, Robot" (1977), "Gaudí" (1987) y "Freudiana" (disco de 1990 de Eric en solitario) respectivamente.
- DON'T ANSWER ME
Durante mi particular "estudio de mercado" para adivinar cuan presente teníais o no el lagado musical de Parsons y Woolfson, hubo un tema que fue citado hasta dos veces en las respuestas. Se trata de "Don't Answer Me", una pieza originalmente ubicada del disco "Ammonia Avenue" de 1984. A nivel de letra, la canción vendría a remachar una idea que ya desarrollada en su hit anterior "Eye in The Sky": una pareja está por romperse, no importa el motivo, una parte lo sabe todo lo que la otra ha hecho o dejado de hacer, así que da el paso y ya no hay vuelta atrás ni posibilidad de retomar la relación en un futuro: tú en tu "isla", y yo en mi lugar. En la forma, una tonalidad más cómoda imposible (Do mayor) y sabor sesentero à la Phil Spector (con castañuelas incluídas en los compases del estribillo y un solo de saxo sencillo y efectivo a cargo de Mel Collins).
Para los fans del cómic, la animación del videoclip fue cosa de Michael Wm Kaluta con guión y dirección de D.J. Webster. Ah, y fue el primero de muchos videoclips que estuvo nominado en los VMA...¿O acaso creíais que eso fue un invento para los "Millennials". No, chatos, no...
- GAMES PEOPLE PLAY
Para completar nuestro viaje por la música de Alan Parsons' Project, ponemos la vista ahora en otra pieza aún más cañera en Si menor. Antes, os comento que la descubrí gracias a una casette que un primo le había grabado a uno de mis hermanos mayores cuando yo era muy niño. Sin saberlo, aquella cinta de 90 minutos estaban los discos "Eve" (ver más arriba) y el que fue el siguiente disco de la banda: "The Turn Of A Friendly Card" de 1980. El cantante indo-británico Lenny Zakatek era entonces uno de los vocalistas habituales en las sesiones de Alan y Eric.
La introducción es puro techno, pero el germen de la canción es puro AOR callejero en la onda de los norteamericanos Foreigner de primera etapa. Con ese estilo, la canción captó el gusto americano de entonces y se encaramó hasta el número 16 del Billboard de singles de Rock, Aún así, más de veinte años después, no pocos han sabido modelar a su antojo este hit para sus propios experimentos de club: Kikko Palumbo y Kenneth Rossetti alias KK, Yung Berg, Marc Bianco, Michael Meyer, Harry "Coo Choo" Romero o Dari Mc dan fe de ello.
PD: Si tras este paseo queréis descubrir otra canción que también empecé a oir en una cinta virgen hace muuuuchos años, haced clic AQUÍ.
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