martes, 22 de diciembre de 2020

AFÍNATE: "CHRISTMAS YOU GO SO FAST"

En un año tan convulso como ha sido este al que dentro de poco daremos por culo con o sin Sidra El Gaitero, una de las mejores cosas que me ha podido ocurrir es, por fin, iniciarme en el casi infinito mundo de las plataformas de TV por internet. No soy muy fan de las series, y para no rayarme entre tanta oferta, he decidido empezar de a poquito a ponerme al día viendo una serie corta que era hasta hace bien poco mi asignatura pendiente desde 2016: me refiero a la magnífica "Vinyl", producida para la plataforma HBO por Martin Scorsese y Mick Jagger y que es LA serie que todo buen fan de la música moderna y/o de la estética de los años 70 debe ver sí o sí; eso por no hablar de la calidad de la trama y las interpretaciones de Bobby Carnavale, Juno Temple, James Leroy Jagger (uno de los retoños de Mick) , Olivia Wilde o Ray Romano (su personaje en la serie me gusta incluso más que el protagonista- Sono spiacente, Bobby! ). Y mientras me veía la serie en plan "maratón cool", descubrí a un tipo alto y bien parecido con bigotazo a lo Burt Reynolds que cantaba como si Andy Williams se le hubiera metido en el cuerpo. Hoy rascamos una casilla del calendario de adviento y descubrimos nuestro Villancico de 2020 y al bombón de MATT BOGART, mucho más que una cara resultona en una serie de éxito.




De hecho, este mozo nacido en Dayton, estado de Ohio, es al teatro musical norteamericano lo que Hugh Jackman es al ídem de Australia, con la única diferencia de que Matt ha cimentado su carrera más sobre las tablas de los escenarios que sobre los platós. Su currículum se remonta a los primeros años 90 con papeles en musicales de éxito como "Hello Dolly", "Siete Novias para Siete Hermanos" o "Guys And Dolls". Hacia el final de la década, una aparición en el show de la media parte del partido All-Stars de la NBA de 1998 interpretando partes del msuical "Miss Saigon" lo pone en los ojos y oídos de un país entero más allá de los círculos teatrales.

Desde entonces, no ha dejado de trabajar por todo EEUU tanto dentro como fuera de Broadway, así como en Londres y Dublín. A esta última ciudad llevó en 2008 una de sus funciones más representadas y que también acabó por producir: "Himself And Nora", un musical basado en la vida y obra del novelista James Joyce (1882-1941). Otro de los montajes que más ha repetido ha sido "Jersey Boys", entre 1999 y 2016, que le valieron hasta 5 nominaciones a los Tony Awards, una cita de premios de la que, además, ha sido el presentador en diversas ocasiones. Cuenta también con una colección de montajes de autoría propia desde 2001. El año pasado estrenó el octavo como compositor y libretista, titulado "Three Fates".

Con una vida así de ajetreada sólo con el teatro, sus apariciones en pequeña y gran pantalla han sido y son muy contadas: por ejemplo, sin contar los musicales que adaptados a tele en los que apareció, Matt Bogart se dejó ver en dos episodios de "Vinyl" se dejó caer en dos temporadas diferentes de la serie policíaca "Ley y Orden", interpretando dos papeles distintos. Naturalmente, ahí no cantó una sola nota.

Aunque tiene un poco de lío a nivel acordes, este villancico con un punto melancólico- más de final de la fiesta que de bullicio en plena celebración- tiene un envoltorio precioso: tras una intro un poquito "barroca" à la Nelson Riddle de los años 50 y 60 (una progresión descendente con una tercera abajo, una quinta abajo, una cuarta justa arriba y una quinta disminuída para alcanzar el dominante de la tonalidad). El tema se desarrolla en Si mayor, con protagonismo de la siempre entrañable y cálida quinta aumentada en el grado quinto (Fa sostenido mayor), y más pronto que tarde empieza un baile interesante de dominantes secundarios. Luego, para irse al puente, el cambio de ese fa sostenido mayor a fa sostenido menor marca que estamos ya en el segundo grado de la escala de Mi mayor, pero luego se irá descolgando de tono en tono abajo hasta volver al cauce de la tonalidad principal; fijaos cómo funcionan los "peldaños" (acordes aumentados y cromatismos) para "volver a casa por Navidad", tanto en esa parte como en los compases que la voz deja vacíos. El lacito final es un jueguecito similar al de la intro: la progresión desciende, pero esta vez con intervalos de cuarta ascendentes)

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