Parece que, una de dos, o la gente que gobierna nos quieren dar una vuelta de tuerca más en su jodienda, o bien nos lo estamos buscando nosotros mismos el volver al estadio de alarma de la pasada primavera debido a los rebrotes de coronavirus. Personalmente me toca las pelotas que se haya hecho realidad algo como el toque de queda, que hasta ayer se me antojaba como de ficción cinematográfica y de países de otros continentes en estado de guerra, excepción y/o sitio.
Sea como sea, no puedo permitirme que los ánimos decaigan a pesar de lo mal que lo están pasando sectores como hostelería y artes escénicas en vivo. Ahora aquí decreto unos minutos de diversión y ameno aprendizaje con un tema que descubrí hará cosa de dos o tres años "at random" por Facebook, y me pareció tan petardo que hasta desafié entonces a mi paisano DJ Josep Vinaixa a pincharlo en alguna de sus sesiones en las fiestas Club Dicks, Tanga y PopAir de la Sala Tango en Barcelona (saludos, por alusiones, al staff artístico de LocaMente Producciones). Pedid prestados unos calentadores que vamos a pistear con el dúo TROPIKAL FOREVER y LAURA LEÓN.
Las Damas primero: imaginad unos ojos abiertos y una risa bien fuerte al cabo de unos segundos tras ver a una mujer entrada en años y algo carnosa embutida en un mono dorado y "tuneada" hasta las cejas contoneándose entre la clientela de un bar de aspecto decadente mientras canta en castellano una famosísima canción de los años ochenta; a su paso, la clientela le levanta pancartas de apoyo con un lema que ella misma canta con una voz má bien gutural y, aparentemente, con una sandalia en la boca que le hace decir "cha-bo-cho" en vez de "sabroso". Pues de este modo tan aleatorio y surrealista conocí por Facebook a la cantante y actriz mexicana Laura León, nacida en los años 50 como Rebeca Valderrain.
Naturalmente, esta figura no es nueva, sino que lleva cerca de cinco décadas colada en la memoria colectiva de su país y parte no chica de América Central y Latina: ocho largometrajes, más de diez novelas de televisión y un veintena con colmo de discos originales de estudio son los tesoros de la que llaman "La Tesorito". Entre sus piezas de música más demandadas por el público se hallan "Dos Mujeres, Un Camino", "Dos Hogares", "El Hombre Es Como El Oso", "Suavecito", "La Abusadora", "El Premio Mayor" , "La Pachanga" o "El Club De Las Mujeres Engañadas".
Por su parte, Edson Gómez y Álvaro Lamadrid alias Wanatox se dieron a conocer como dúo musical ya entrados los 2-miles: lo que empezó como una banda formada con la simple intención de reirse del reggaeton que ya tenía invadido las ondas de radio de la música comercial en México, se convirtió en un ejercicio de profesionalización en toda regla: desde 2007, por todas las salas pequeñas y medianas donde les salían bolos, la gente estaba más por bailes latinos que por el rocanrol americano, y al año siguiente decidieron cambiar el chip: paso a paso, construyeron un repertorio propio a base de versionar grandes hits del pop y el rock de los 80 y 90, con letras originales entre lo cómico y lo canalla y arreglos en clave de cumbia, merengue, salsa y corrido. Con esta fórmula han procesado temas como "The Final Countdown" de Europe, "The Look" de Roxette y hasta la sintonía de la icónica serie "El Coche Fantástico" de David Hasselhoff. Toda esta labor de revisiones divertidas se halla repartida en cuatro álbumes y EP's: "Chunchaka En Tu Idioma" (2012), "High Merenguenergy" (2013), "Puro Merenguetal" (2015) y "Sale Calore" (2018). Sus últimos pasos conocidos se han dado hace unas semanas, cuando decidieron homenajear al fallecido Eddie Van Halen, convirtiendo el célebre "Jump!" en "No La Hagas de Tós".
Mi propuesta es, cómo no, su versión merengona del "Maniac" de Michael Sembello, incluída en un capítulo de una miniserie producida por los propios Tropikal Forever en 2012: "La Serie Gratis" es, sin duda, el mejor apoyo para el repertorio de Edson y Wanatox, con una trama donde ambos personajes luchan por sobrevivir a los tejemanejes de la industria musical mexicana, que quiere acabar con ellos a toda costa. La pieza respeta la tonalidad original (Mi bemol menor), expresada en los acordes como Re sostenido menor. Más que nunca, la cosa tiene bemoles. Seis para ser exactos
Así que id alistando vuestra mejor ropa aunque sea para bailar en casa: en Cataluña y España tenemos toque de queda encima desde ayer, y vete a saber para cuántos meses nos tiene en este nuevo semi-confinamiento. Pero pase lo que pase, hago mío el grito de la León y...¡Arriba Los Tesoros!
Postdata: mi cuenta de Instagram ya ha alcanzado los 200 SEGUIDORES. No tengo la planta de Dwayne Johnson ni la pasta de Tom Brusse ni la influencia de María Pombo, pero es mi pequeño gran logro y lo celebro igual, así que GRACIAS por seguirme.
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