Una artista exótica, sensibe, tenaz, de toda la vida, tradicional pero ultramoderna a más no poder. Y no sólo porque, en lo personal, fuera una niña "echada p'alante" , o porque de mayor, al no poder ser madre por sí misma, adoptara a su hija Diana Alejandra con pleno consentimiento de los padres biológicos... En la segunda mitad de los años 80, cuando se estrenó discográficamente tras diez años previos cantando en locales de Tijuana, probablemente no había cantante mexicana a quien le quedaran mejor los cardados, las hombreras y los dorados, como atestiguan sus tres actuaciones consecutivas en el Festival de la OTI (1985, 86 y 87).
Varios años después, y con un público rendido de por vida con éxitos pop como "Ay Amor", " Mar y Arena ", " Quién como tú " o " Luna ", María Guadalupe Araujo Yong se centra, como mexicana de pro, a combinar pop ligero con incursiones cada vez más numerosas en la música tradicional de su tierra , primero con versiones y más adelante con composiciones propias. Nuestra propuesta de hoy, por ejemplo, es original de su LP " Dulce y Salado " (Sony Music, 2003). 10 años después, La Gabriel la sigue cantando en vivo, bien rodeada de mariachis y con no pocas mujeres coreándola sin descanso, como atestigua su último disco y DVD " Una mariachi en Altos de Chavón",
grabado en esta localidad dominicana.
Por si acaso, nunca olvidó ni olvida a la facción ultra-moderna de fans: el disco anterior "Huelo a Soledad" (2002) fue promocionado entonces,con el single "Amigo Amante", del que apareció un maxi-single con tres exquisitas versiones de club. Y hablando de la escena discotequera, su imprescindible "Mar y Arena" fue versionada el año pasado por un bombonazo llamado Fredya.
Os dejo, pues, con una ranchera feminista; algo inhóspito hasta hace bien poco en un género de más de dos siglos de antigüedad, "macho" hasta rayar lo rancio y tradicionalmente poblado de hombres orgullosos y despechados hacia mujeres perversas. En cualquier caso, esta pieza demuestra que esos afectos no entienden de género y pueden ser de ida y vuelta. Felizmente, nuestra mexicana no ha sido la única que canta rancheras con prespectiva de género o de desagravio hacia las mujeres que puedan adoptar roles o gestos tradicionalmente atribuídos al hombre : como complemento, podeis buscar a la colombiana Arelys Henao y su canción insignia "Mujeres y Despecho".
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