Diletantes, este mes de julio he andado bastante de culo con el trabajo de lunes a viernes, y como sé que no soy el único que aprovecha al máximo los fines de semana que le quedan libres y en esos días nadie suele leer blogs ni ver Youtube, he decidido realizar un paroncete desde mañana hasta finales de agosto para acabar de cargar pilas y volver con mucha más música y sorpresas.
Pero no voy a dejaros del todo solos: justo hace 30 veranos irrumpió en las vidas de no pocos niños (y pre-teenagers como yo entonces) una banda que vino a recordar lo muy falto que andaba entonces (y que anda en nuestros días) el pop español de grupos para el público infantil. Hoy homenajeamos como Dior manda a los BOM BOM CHIP!
En el olímpico verano de 1992, lo único que me interesaba ver en la tele no eran atletas, sino dibujos animados, videoclips y el maravilloso programa-concurso "Xuxa Park" que presentaba la pizpireta brasileña Xuxa y que se emitía los domingos por la tarde en Telecinco. Lo confieso: estaba enamoradísimo platónicamente de cómo cantaba, bailaba y vestía la brasileña desde que apareciera en nuestras vidas a finales de 1990. Sin embargo, algo ocurrió en uno de esos domingos que, confieso again, eclipsó mi fascinación por ella. Lo que vio nada más encender el televisor y buscar con el mando la cadena amiga me dejó en shock: una niña de unos cuatro cinco años que no levantaba apenas un metro del suelo diciendo algo muy de adultos de un modo tan resuelto y despechado que me pareció increíble: "Anoche volví a soñar contigo. ¡Para mí no existe peor castigo!" ¡Por el amor de Dios! Aquello fue como ver una escena cualquiera de "Cristal", "Topacio" o "La Intrusa" (el podio mayor de los culebrones latinoamericanos) pero concentrado en una canción con beats à la Mantronix, y luego la frase la remataban otros cuatro chavales gritando bien alto "¡Toma, toma y toma!". Y si no fuera por el tipo de programa y el horario en que se emitía, bien podrían haber acompañado la exclamación de una peineta al aire (y no de flamenca, precisamente). En otras palabras "Multiplícate Por Cero" era algo opuesto a lo naïf y la candidez que desprendían las canciones de Doña Maria Graça Meneghel o, sin ir más lejos en los mapas, del repertorio de los míticos Enrique y Ana, Parchís o Regaliz, de los que ya nadie se acordaba en los 90.
También hay que decir que, para bien o para mal, Cristina, Rebeca, Estela, Jose Luis y Sergio (de izquierda a derecha en ambas fotos) no estaban del todo solos en eso de atraer el gusto ni las pagas semanales de los niños de entonces: además de la citada Xuxa, muy bien asentada en el nuestro mercado con tres álbumes en castellano, otro fenómeno latino caló bien en España: los mexicanos Onda Vaselina , el relevo perfecto de los legendarios Timbiriche. De puertas para adentro, Leticia Sabater nos alegraba los mediodías (e incediaba la parrilla de esa franja horaria con sus modelitos ultra-cortos), mientras que Ramsey Ferrero también lo había intentado con su disco de debut, pero con mucha menos repercusión.
Lo que creo que sí fue clave para el éxito de "Toma, toma y Toma", su LP de debut, y sus siguientes tres discos, es que Bom Bom Chip no fueron del todo absorbidos por la maquinaria televisiva de Telecinco. En cambio, sí se convirtieron en un refuerzo para la audiencia infantil de TVE, en la que protagonizaron un especial navideño en 1992 y uno estival al año siguiente. Con esto y el uso del hit de hoy como sintonía para promover entonces la programación del verano de 1993 en La 1, la tele pública le arañó televidentes a las empoderadas Xuxa y Leticia.
Naturalmente, las discográficas no fueron tontas y durante la primera mitad de los noventa también armaron nuevos grupos infantiles que, al modo y manera de Bom Bom Chip, tenían repertorios montados a base de covers y de originales: el mismo año en que salió "No Somos Renacuajos", el sello Divucsa (reciclado del sello Belter de los Parchís) presentó al cuarteto Garabatos, que despacharon dos discos. BMG lanzó otro cuarteto, los Tic-Tac, poco después que los Chips lanzaran "Helado Para Astronautas", su tercer y último disco de estudio; y para cuando el quinteto liquidó su contrato con Warner con la BSO de la película infantil "El Niño Invisible", apareció el sexteto Trastos, en cuyo line-up estaban Edurne y los actores Críspulo Cabezas y Miguel Ángel Valcárcel.
Por suerte, ninguno de estos otros grupos llegó a superar la prueba del Carbono 14 ni el test del tiempo, y mucho menos el de las ventas. Tal es así que muchos años después, ya en nuestro siglo XXI, una banda local barcelonesa llamada Megaafonía (2006-2015) revindicó el "Toma Mucha Fruta" tocándola en sus conciertos mientras hacía volar hinchables en forma de plátano (¡y hasta plátanos de verdad!) por encima de las cabezas del público. A fe que a nuestros cinco chavales, ya crecidos y fuera del mundillo de la música -excepto Sergio, que ha trabajado como músico de sesión en proyectos como el musical "La Llamada" de Javier Ambrossi y Javier Calvo -, les habría encantado que un grupo como este les diera un tentempié así por sorpresa.
Y ya sabéis: protegéos bien del sol con cremas, de la viruela del mono con condones, comed fruta a mansalva y de este modo estaréis bien fresc@s para la vuelta de aquí a un mes.
Y a la vuelta, el mundillo gamer quiere asaltar el blog.
Y hasta aquí voy a leer.
¡Feliz resto de verano, Diletantes!
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