Es Hallowe'en, y en este día toca desvelar la canción que os dije el pasado finde que parecía cantada por un espíritu. Seguid leyendo y conoceréis a sus autores, una banda efímera de los años 90 llamada HAVANA.
Tenía un servidor vuestro diez años y era 1990 cuando
apareció el primero de los dos discos que publicó esta banda. Este fue el
tercer proyecto musical de José
Manuel Moles (voz, guitarras), que ya había conocido el éxito como
integrante del grupo Vídeo en la
década anterior (si te acuerdas de “La noche no es para mí”, Gallifante para
ti) ; se juntó, pues, con los otros dos paisanos de Valencia: Santi Navalón (teclados) y Javier
Vela (bajo), que habían trabajado y atestiguado el bombazo del disco “Alma
de Blues” de Presuntos Implicados. Con ellos, José Manuel regresó a la primera línea, fichando por el mismo sello de la
banda de Sole Giménez y haciéndose producir
de nuevo por Julián Ruiz , uno de
los “Midas” del pop español de los años 80.
El resultado fue un disco homónimo de debut con un pop
muy arreglado (ahora sonaría sobrecargado) y algún que otro retazo de jazz (
buscad “La luna te daré”). Las letras tienen, en general, un poso grueso de
nostalgia, ya sea por el paso de la adolescencia a la edad adulta ( “Cambio de
destino”, “Cumpleaños feliz”, “El duende de la fotografía”), o por historias de
amor que no siempre salen bien (“Nada fue más fuerte”). También se incluyó un número
antimilitarista, muy acorde con la época en que el servicio militar era
obligatorio en España (“La última guerra”).
El single lanzado fue “Desde el Cielo con amor” y, pese a
ser un tema bonito, quizás los oyentes jóvenes de la radio-fórmula de entonces
no estuvieran demasiado para historias tristes, así que el disco tuvo una
acogida más bien tibia. Dos años más tarde, la cosa cambió a mejor cuando los Havana
realizaron un giro arriesgado para su siguiente disco “Un día de en la vida”: grabar
un nuevo puñado de canciones a lo Happy
Mondays, es decir, temas instrumentales con escasa o ninguna letra. Para su
suerte, uno de sus temas, el animado “No Smoking” fue elegido por RTVE como
sintonía y música de fondo de la Vuelta Ciclista a España de 1992, cosa que
animó a las radios a hacer girar también ese nuevo vinilo. Para mayor
felicidad, WEA publicó un maxi-single con dos versiones club aún más saltarinas
que también se radiaron correctamente. Se dice que, gracias a ese éxito, el dúo
de techno Azul Y Negro se animaron a
repetir, al año siguiente, como compositores de sintonía de Vuelta Ciclista televisada.
El golpe de suerte fue rematado con la salida de un nuevo single, “Paella
Cubana”, que también se editó como vinilo de 12 pulgadas con remixes.
Tras el bombazo, vuelta a la calma…Algunos lo llamarían
morir de éxito, pero no parece que enfermaran de él, pues desde entonces hasta
ahora, los tres componentes del grupo han trabajado y trabajan actualmente como
músicos de fondo: no han dejado de asistir a los miembros de Presuntos
Implicados en sus muchas grabaciones tanto en grupo como individuales de
después, así como a otros nombres como Los Inhumanos, Ximo
Tébar, Paloma San Basilio, Lydia Rodríguez o la Sedajazz Big Band. Y atención amantes del techno, porque Moles se alió en 2015 junto al DJ Tony Verdi para producir un track de techno llamado “Galvanized”, publicado en el sello Time Trial Records.
He elegido “Desde el Cielo con amor”, no ya porque con el
tiempo se haya convertido en una rareza ( aquí somos más raros que un perro
verde), o porque la temática viene a cuento con el Día de Muertos, Hallowe’en,
etc. ( eso también) , sino por una mezcla de ambos motivos: es una canción
sobre alguien que muere de forma violenta mucho antes de llegarle su hora, pero
no está arreglada en clave siniestra ( ver “Lullaby” de The Cure o “Halloween”
de F.A.N.T.A.) ni en tonos menores ( como “Drácula yeyé” de Andrés Pajares ).
Esta es una historia triste, emotiva, pero los acordes mayores dan mucha paz.
Quién sabe si algún turista escuchó este tema y, al año siguiente, de vuelta a
Estados Unidos, se curró el guión de cine de un drama taquillero titulado “Ghost”.
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