jueves, 28 de junio de 2018

AFÍNATE : "MI SITIO"

Mis querid@s Diletantes: sin importar el orden, en nuestro blog prometemos, cumplimos y metemos...buenos tracks ;) Tras revisitar el clásico ochentero de los KING, regresamos a la Península Ibérica y al momento musical actual con la que es, a mi juicio sumarísimo, LA CANCIÓN (así, en mayúsculas) que mejor representa los Prides que tendrán lugar aquí y allá por todo el territorio español y catalán en las próximas semanas. ¡Y cómo nos íbamos a descuidar de ella, si tiempo atrás hemos posteado artículos sobre La Prohibida, Rata de Antequera, La Pelopony, Denise Murz, Leticia con Z, o Kika Lorace o La Ogra Que Todo o Logra! Recibamos como se merece a DIDI ESCOBART, pero mejor llámala DIOSSA.




Dice nuestra Didí en su última canción que viene a recuperar su sitio...Me parece guay, pues toda buena letra encarada hacia un público GLBTQ debe contener sí o sí una buena dosis de mensajes de empoderamiento que nazcan desde los centros y salgan hacia afuera con mucho ruido y mucha luz, pero siempre con estilo; sin embargo, me asalta una duda razonable: ¿cuándo ha venido a recuperar esta Reina su trono, si a fin de cuentas nunca se ha ido?

Antes, un poco de historia: cierto es que esta marciana murciana afincada en Madrid no ha sido ni de lejos la primera transformista en pisar con sus tacones la capital del reino: ya en los 70 había algunas, como Juan El Golosina, auspiciadas en secreto por gentes (heterosexuales) del showbiz español como Lola Flores. En paralelo (y nunca mejor dicho), el Paralelo barcelonés también fue recuperando el glamour y el brilli-brilli que el franquismo había encerrado en cárceles, calabozos y sanatorios mentales equipados con electroshock: entre las "salvaoras" del primer transformismo catalán contamos con Lita Claver "La Maña", Manolita Chen o Sara Montiel , que dieron la alternativa a Ángel Pavlosky, Pierrot o Violeta La Burra. En ambos casos, no obstante, esos destellos tuvieron un reflejo limitado que no llegaba más allá de Chueca o El Paral·lel. Todos ellos artistas tolerados por los entonces gobernantes "progres" de la democracia recuperada, siempre y cuando no traspasen el umbral de los teatros y los cabarets, que no molesten demasiado...Sólo para divertirnos y punto.

Sin embargo, a finales de los 90, se da el estallido drag peninsular, en parte provocado por programas de televisión e informativos haciéndose eco en plan caza de brujas sensacionalista de hechos que no tienen nada de divertido: los juicios-farsa alrededor del pub Arny en Sevilla, agresiones fascistas y de la policía municipal en Sitges contra homosexuales que protestaban por la apertura de fichas policiales a quienes practicaban el amor libre en las playas, la discriminación general hacia enfermos de SIDA y/o transexuales...Y en mitad de todo ese huracán, una transformista y una amiga suya llamada Malyzzia hacen acopio de pelucas, vestidos, joyería barata y plataformas para relanzar, con el vestuario y el maquillaje más abigarrado posible, a imagen y semejanza de las "Queens" de Nueva York, una salsa "turmix" donde el sentido del humor liga todos los ingredientes y camufla, entre broma y broma, puñetazos a la conciencia de la gente sobre el disfrute del propio cuerpo y otras formas de liberación física y mental para revindicar y exigir un justo lugar bajo el sol.

Nació así el dúo Diossa y Malyzzia, quienes aprovecharon sus conexiones de amistad con periodistas de pluma reconocida como Victor Sandoval para ir tomando posiciones en programas de televisión de gran seguimiento, sobretodo los de media tarde y noche dedicados a la prensa rosa (como el mítico "Tómbola" de la tele pública valenciana Canal 9). La creciente popularidad del dúo con sus shows en cafés y cabarets llevó a otros muchos a probar suerte en el mundillo del ambiente siguiendo el ejemplo de descaro en lo visual y "librelengüismo" en lo verbal. En otras palabras, Diossa sacó los tacones altos y las plumas fuera del cabaret y, como al representante de Dios en la Tierra, le fueron surgiendo discípulos que predicaron con el ejemplo (¡Uf! Menos mal que soy apóstata, porque ahora estoy de un místico que te cagas...).

Para el cambio de siglo, la corte de nuevas "Queens" había crecido en número, y nuevos nombres como La Prohibida, Nacha La Macha, Putirecords o Supremme Deluxe ya empezaban a a destacar sobre el resto en lo puramente artístico y musical. Quizás ante el aluvión de nuevas caras hiper maquilladas que sabían cantar, nuestra Diossa decidiera ceder el paso, pero no fue un paso atrás, sino hacia un lado: desde su propio margen, que no marginalidad, tuvo lugar la primera reinvención de la drag...¡en escritora! Su estreno en negro sobre blanco ocurrió en 2004 con el "Manual de la Perfecta Petarda", al que siguió un giro dramático hacia el thriller con "Mi Extraña Dama" para luego volver a las andadas con el humor y lo petardo con "Curso de Glamour Para Principiantes", "El Retorno de la Petarda Perfecta" y hasta la parodia descacharrante de best-sellers de ficción histórica con "El Clan de la Mariquita Cavernaria".

Y es en nuestros días, en mitad de un circuito de músicos bastante normalizado, creciente y con unos niveles que y no envidian en nada a los del artisteo GLBTQ americano, cuando Didi Escobart realizado su nueva vuelta de tuerca: ya tenía tablas sobre los escenarios en cómo vestir y maquillarse a tope, como ejercer de "Mistress" de ceremonias (faceta que nunca ha abandonado), y poniendo en forma el cerebro como escritora. Pero en todo este tiempo ha decidido dejar que otras canten y desde este silencio aprender de sus dignas sucesoras para, en el  momento propicio, agenciarse a un productor musical indie-trónico y liberar sus propias cuerdas vocales: añadid a esto una puesta en escena en la que Diossa ha puesto toda la carne, las joyas y las pieles sintéticas en el asador emulando a la excesiva Lady Gaga cuando salía aparatosamente de una limusina en el video "Paparu compañero y coautor de esta aventura responde al nombre de Andrés Costureras , conocido en el mundillo DJ facción rosa como Psychotic Beats.

Ambos nos proponen un tema aparentemente sencillo en la armonía. Digo "aparentemente" porque si te fijas en el estribillo, la pieza sería de tonalidad mayor (Do Mayor). Pero ahora vienen las curvas para los que tomaron la pastilla roja (incluído un servidor): la armonía va alternando a capricho acordes de la escala de Do Mayor con acordes sacados de la escala de Do Menor, e incluso algunos provienen de la tonalidad relativa mayor de ese Do menor. El Fm7 que se aprecia en el segundo estribillo es el acorde del segundo grado de la escala de Mi bemol mayor , cuya armadura también tiene los mismos 3 bemoles- Sib, Mib y Lab - que la de Do menor. Lioso, ¿verdad?


Pues con este galimatías, y sin dejar de bailar, os deseo que paséis un FELIZ ORGULLO 2018 a tod@s. :*





No hay comentarios:

Publicar un comentario