JAZZ
Los jazzeros que me lean aquí y ahora me van a matar, pero es que exploto si me callo. Lo visual
aquí es como un bicho de dos cabezas: si es jazz de los años 50 o
60, el músico no es músico sin su instrumento en ristre y un buen
traje de corte italiano cuyas mangas y perneras cubran cualquier señal de una hipodérmica. Y si tras el último cebollón de whisky
no estás para fotos, pues metes una pintura abstracta o una
chica Playboy como la del ejemplo, y todos contentos.
El jazz
reciente, en cambio, da muchas menos alegrías a la vista, sobretodo el jazz europeo: independientemente del sexo del músico su talento es cada vez más inversamente proporcional a sus ganas reales de posar, vestirse, maquillarse o peinarse
con gracia. A la prueba me remito. Esto no es crisis, es ser devot@s de la Virgen del Puño. ¡Caso cerrado!
En ambos
casos, suele haber foto de los músicos en actitud más o menos relajada en un descanso de las sesiones ( casi siempre en blanco y negro, que la pasta para carretes Kodacolor me la fundí en cerveza y tabaco de liar). Y otro dato clave: el
nombre del músico principal suele llevar el tamaño de letra más gordo
en la portada, y los del resto de la banda presentan un tamaño y
grueso tres o cuatro veces menor (o nulo), no vaya a ser que alguien que no
sean ell@s mism@s sepa quién es ese/a que tiene más talento
potencial que el propio “frontman”. Pero en el selecto circo del
jazz, por fortuna, los enanos también
crecen.
INDIE-ROCK/
INDIE-POP
Cuando les da la gana posar, estos grupos lo hacen como si les fotografiaran para una revista de tendencias tipo Go-Mag o Esquire (de hecho, ese es el único objetivo de hacer el disco). Fondo casual, grafismo minimalista, y nombre y/o título que roza el absurdo de tan rebuscado. Es de vital importancia que los miembros no miren directamente a la cámara, como diciéndole al público: “No eres lo bastante cool para comprar mi disco…¡Y que no te vea merodeando por mi perfil de Bandcamp!”
Cuando les da la gana posar, estos grupos lo hacen como si les fotografiaran para una revista de tendencias tipo Go-Mag o Esquire (de hecho, ese es el único objetivo de hacer el disco). Fondo casual, grafismo minimalista, y nombre y/o título que roza el absurdo de tan rebuscado. Es de vital importancia que los miembros no miren directamente a la cámara, como diciéndole al público: “No eres lo bastante cool para comprar mi disco…¡Y que no te vea merodeando por mi perfil de Bandcamp!”
ELECTRÓNICA
Regla de
oro: el grupo (o su único miembro) jamás sale en la portada.
Si es una banda muy transgresora, no sale ni su nombre. Y si es tan
underground que ya se la suda todo, ni siquiera el título del
disco. La imagen es lo que sugiera su música: una habitación de
hotel, una subestación eléctrica en las afueras, o lo más común: un cielo con
algún rascacielos (toque urbano). En este último caso, una leyenda
urbana contará, años después, que la foto la tomó el propio DJ la última vez que
salió al aire libre siendo todavía de día, al pasar de gira por
alguna ciudad guay (mejor Kuala Lumpur que Tordesillas).
Y esto es todo por hoy. Cargad las pilas mientras dormís porque mañana regresamos bien fresquetes para una nueva lección / canción, aquí en POP UP THE JAM!
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