Hoy hace un año y dos días que Pierrot, el transformista y activista GLBT argentino afincado en Barcelona, se nos fue de este mundo. Su muerte nos recuerda lo faltos que andamos de cantantes que nos hagan reir y reirnos de todo y de todos y, de paso, poner contra las cuerdas a los opresores de turno. Hubo un grupo que durante la época de la Transición, mostró una habilidad increíble para asimilar hechos del día a día y convertirlos en música popular, inmediata y de gran aceptación. Hablo de los celebérrimos La Trinca.
Sí, queridos lectores. Mucho antes de que decidieran reciclarse en productores de televisión y parir programas (¡ejem!) como el felizmente follecido Operación Triunfo (habeis leído bien), Josep María Mainat y Toni Cruz , junto con Miquel Àngel Pasqual, tomaban el pulso a cualquier acontecimiento social y político con música de corte popular, y una mordacidad, si cabe, doblemente valiente, pues estaban comprometidos con la entonces izquierda clandestina y cantaban en catalán, nada menos.
El fallido Golpe de Estado del 23 de febrero 1981, iniciado en mitad de la investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo como Presidente del Gobierno, sorprendió a los de Canet de Mar reunidos en un piso de Barcelona. Discutían qué temas iban a incluir en el álbum “Nou de Trinca” cuando pasaron a ser tres de los muchos ciudadanos pegados a la radio … por causa de fuerza mayor.
Entre esa noche y la mañana siguiente, Mainat, Cruz y Pasqual hicieron algo insólito que se convertiría en marca de la casa: poner letra a la famosa “Danza del Sable” de Aram Khachaturian (1906-1978), en alusión a la frase hecha para referirse a un eventual estallido de guerra. Encajaron sílabas de las frases a contrarreloj del vivace de la pieza y la grabaron en las dependencias de su entonces disquera Ariola en Barcelona.
Voilà! Clásico repopularizado, crónica compacta, veloz y divertida, consignas de ánimo hacia Jordi Pujol - a la sazón President de la Generalitat- ironías varias y escepticismo hacia el nuevo orden monárquico y constitucional. Y, en el peor de los casos, la letra emplazaba a toda una nación sin estado, Catalunya, a un nuevo exilio político cruzando los Pirineos (“agafa les maletes i no paris fins a Perpinyà!”).
La sacaron como single de anticipo, y nunca la actualidad sirvió mejor a la estrategia comercial: gracias a “La Dansa del Sabre”, el álbum “Nou de Trinca” se convirtió en disco de oro, un techo de éxito que no tocaban desde “Festa Major” (Edigsa, 1970)
Abajo teneis el video, junto con una traducción libre para aquellos que aún no se hayan decidido a cumplir el propósito de este año de aprender catalán. (¡Y ya tardais!) LA DANZA DEL SABLE
DANZA DEL SABLE Cuando escuchábamos en la radio el voto de investidura, Con tricornio y metralleta asoma la dictadura y quedamos espantaos, ¡Acojonaos! Vaya un infarto que pillamos, vaya espanto y qué canguelo Cuando aquella voz rugosa exclamó “¡Todos al suelo!” Empezando a disparar ¡Ra ta - ta - taaaaaaá ! Y entonces dicen que en Valencia, para acabar de liarla, Va la cosa adelantada y un cachondo les organiza Unas Fallas en febrero ¡Ay, qué follón! Ya nos vemos todos de nuevo bailando la Danza del Sable, Que si alguien no se acuerda ,es la danza más macabra de las que se hacen y deshacen ¡Claro que sí! Y así, ¡vaya noche, vaya noche! Estábamos escondidos bajo la cama, Pero con serenidad… Y con el culo apretado ¡No nos pongamos nerviosos! Tranquilo Jordi, tranquilo, que es la Guardia Civil, tú tranquilo… ¡ Aaaaaaay! ¡Mama, mama, mama, mama! ¡ Miedo..! Y se nos daba la consigna: mañana, todos al trabajo, “porque que aquí no pasa nada” Segadores, no afileis la herramienta o nos podríamos lastimar En general. ¡Y ante todo , serenidad! Mas si gana el del mostacho Valdrá más estar borracho Y dejarse de puñetas ¡Corre, coge las maletas y no pares hasta Perpignan! Ya se lo montarán … Y al día siguiente, cuando se arregló , vaya cosa más extraña: Incluso los más escépticos gritaban “¡Viva España y ¡Viva La Constitución!” ¡Mira tú por donde…! Y viva el Rey…¡Vaya remedio! Y es que nunca sabes De quién leches hay que fiarse, Si será por bien o mal Pero seguro Que nunca más nada será igual. Y es que, ya te digo vivir así, con el alma en un puño no puede ser bueno
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