En 1969 se colocó la primera piedra, cuando el pueblo no estaba ni la mitad de crecido ni de poblado que ahora. Al cambio de la década, en 1971 se inauguraron la actual piscina y el campo de fútbol (situados por detrás, al pie de un declive de los terrenos donde se emplazó el edificio ) y al año siguente se abre la que es la actual cafetería del Club Social . Desde entonces , el Casal ha ido introduciendo a sus vecinos a las bondades del deporte y a la socialización por la danza y el teatro amateur. Con el tiempo, y gracias a la mejora y ampliación de las instalaciones con las aportaciones de los socios, la oferta deportiva se ha ido diversificando más allá del club excursionista, la natación y los equipos estables de fútbol y baloncesto. Igualmente , el área sociocultural, que estaba reducida a baile de salón y al cine outdoor en verano, ha ido creciendo hasta acogeren la actualidad dos grupos estables de teatro, ciclos más o menos regulares de cine, salidas programadas a espectáculos en teatros de otras ciudades o a platós de televisión, etc. Cuando acabeis de leer este artículo, podeis visitar la dinámica WEB DEL CASAL FAMILIAR para saber más.
Visto ahora, me sorprende que tampoco aquí hubieran montado evento alguno relacionado con la música moderna, ¡ni siquiera durante la efervescencia del “rock català” entre los 80 y los 90 del siglo pasado! ( y más sabiendo que bandas emblemáticas como Sau, Els Pets o Sopa de Cabra nacieron justamente en pueblos y ciudades menores respecto a las capitales de provincia ). Así que me vi paciente, aunque no enojado, explicando de nuevo el fundamento
de una jam session, esta vez a la señorita Eva, la secretaria que me atendió.
La chica me enseñó formalmente la Sala 1, la más grande de todo el recinto, donde podría ubicarse el evento ( Confieso que días antes me colé en ella aprovechando el cumplir un recado en el Casco Antiguo la semana anterior). Francamente, los bastidores del escenario y algunas paredes necesitan algo de pintura nueva, y las telas colgando de cualquier manera le dan un aspecto como descuidado. El equipo de sonido no es muy potente, pero aún cumple bien su función. Además, la sala puede ampliar tanto su superfície ( abriendo una especie de biombo en la parte posterior que descubre una sala más pequeñita con ventanales) como su aforo ( de 80 a 100 asientos por obra y gracia de los siempre prácticos módulos de cuatro butacas plegables). Es, con todo, un espacio menos amplio que el del auditorio de la EMM Pau Casals (ver artículo anterior).
A diferencia de la oferta del Ayuntamiento, aquí sí es más probable que las bandas interesadas pudieren venir a tocar cobrando una cantidad simbólica que, como en otras jams más consolidadas, representaría un tanto por ciento de lo recaudado por consumiciones durante una velada. Como ejemplo, la jam sessiond e jazz del Casal “La Vicentina” en Sant Vicenç dels Horts se financia en este mismo plan: pagas entrada simbólica de entre 2 y 3 euros que incluyen una primera bebida, y entre el 10 y el 20 por ciento de las consumiciones, las del tiquet y las que la sed pida de más, se destina a la formación “fija” que inicia el show en la primera hora. En ese punto, a mi interlocutora se le ocurrió crear un bono de varias bebidas por persona, en plan festival de verano. Sólo le diré a la Srta. Puigdellívol que , fuera de que la Junta del Casal dé luz verde o no a POP UP THE JAM!, esa idea es… ¡GALVANOPLÁSTICA! Y, créame, no pocos músicos la agradecerían, así que un “¡B-R-A-V-O, BRA-VO! ” para Usted.
Hasta aquí, la candidatura de Viladecavalls. A partir de YA, podeis correr la voz a vuestros colegas músicos y discutir (con educación, of course) cuál de estos dos sitios del pueblo os parece mejor para POP UP THE JAM!
EN PRÓXIMOS CAPÍTULOS: este viernes tengo una nueva conversación en firme con la Concejalía de Joventut en Matadepera, la primera en presentar candidatura. Y además, un nuevo desafío en el apartado ¡AFÍNATE! con una drag queen como protagonista principal.
¡Stay Tuned, Diletantes!
Vuestro, Jordi aka La-J
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