Dicho y hecho: como veis, os he dejado una semana bien larga de descanso de lecciones de pop, y lo he hecho para ultimar la que, como ya es tradición al acabar un año en el blog, es mi personalísima selección de temas que más y mejor me han conmovido a lo largo de este 2022 al que le quedan poco más de 24 horas.
Fieles al estilo ecléctico de este cuaderno digital, MIS TOPS DE 2022 tiene prácticamente de todo y para todos: primero, el recuerdo y la revindicación de dos personas todavía perseguidas y/o encarceladas por motivos políticos en "el gobierno más progresista de la historia de España": Pablo Hasél y Valtonyc; segundo, un recuerdo emocional y emocionado a tres artistas que nos han dicho adiós en 2022: algunos demasiado pronto, como el productor y DJ de Tarragona Jesse García; otros con una vida larga y llena de música como Loretta Lynn (madre de la música country con ojo de género y La Referencia de muchas mujeres en este género como Dolly Parton, Kelly Clarkson y Pam Tillis). Y otros como Maxi Jazz de los Faithless, cuyo mensaje espiritual no siempre se capta al primer beat, pero estaba y está ahí para recordarnos que debemos y amar amarnos más.
Mientras descorcháis las últimas botellas de cava de este año (o las primeras del que viene), encontraréis también duplas maravillosas: Aitana con Amaia Romero, Veintiuno con Love Of Lesbian, Ana Mena con Abraham Mateo, Lauren Nine con Flavio Rodríguez o el proyecto Danceteria (Varry Brava con Miss Caffeína); latinos clásicos y nuevos como Flora Purim, Miguel Rico y Virlan García; popstars cuya magia han hecho que aparezcan por duplicado (Rosa López, Mucha Pepper, Nathy Peluso, Kike Astley y Conchita Pelayo); y cómo no, la mejor representación posible de mis vecinas y vecinos de redes sociales: Joe Webb, Nebulossa, Miguel De La Fina, The Funky Beast, Nando Picó, Andreu Martorell aka Ruenda, The Funky Beast, Sr. Chen, Lildami, Anarkattack y Anthony Ilardo.
Y más que nunca, todas estas notas musicales de 2022 se encierran en una consigna para el año que se aproxima: VOLVER A DISFRUTAR. En mi caso, volver a subirme a tocar a un escenario, a encerrarme en un estudio, crear cosas bonitas, que me digan OK a tocarlas en todos lados y que me recompensen justamente por ello (música es trabajo, y PUNTO). Y hacer posible todo esto con mis Bandalona, mis Roxy Life o con cualquiera que me dé buenas sensaciones: desde un tal Ekys, que pensó en mí para un futuro trabajo en preparación hasta el Taller de Músics, que vilmente me han descartado como músico para dos proyectos que me hacían ilusión, uno con el trompetista alemán Sebastian Studnitzky y otro con Salvador Sobral. Este último también va incluído en la playslist para que 1) nadie diga que les guardo rencor, y 2) para recordarles igualmente que no siempre podrán hacerme sentir la pieza que sobra en todos lados a pesar de mis esfuerzos -no reconocidos- por progresar como músico.
¿Me he explicado con claridad?
Pues hala, dadle al play y...
¡FELIZ 2023, DILETANTES!
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