Se supone
que hoy mismo debía escribir algo acerca del 35
Aniversario de la Constitución Española pero (Whitney)
Houston, tenemos dos problemas: UNO: de unos años para acá, los que
gobiernan mi país se han encargado por méritos propios de arruinar
del todo mi confianza en una Carta Magna en la que ya no me siento
representado. Hoy por hoy, un volumen de la Constitución sólo me
serviría para limpiarme el ojo sin niña cuando voy al WC. Y DOS: me
apetece mucho más recordaros otro 35 Aniversario muchísimo más
marchoso y dinámico: el del nacimiento artístico de una estrella
del rock de pleno derecho: ROSENDO.
Fue en
1978, en mitad del júbilo general por haber recuperado libertades
civiles esenciales, que surgen bandas de rock como champiñones. Y
una de ellas prácticamente encabezó la onda rockera
española: desde un garaje cualquiera en Carabanchel, Madrid,
marcaban territorio Rosendo Mercado (procedente de Ñu) , Ramiro Penas y Tony Urbano. La
banda abrió fuego en el catálogo de Chapa Discos, un subsello
creado dentro de la discográfica Zafiro (que luego en los 90
fue comprada por la multinacional BMG) , que ya contaba en sus filas
con gente moderna como los también míticos Tequila. En
cualquier caso y desde un origen por entonces independiente, Chapa
Discos y su logotipo calcado del de la Coca-Cola fueron la primera gran
casa del heavy rock en castellano.
El trío
se disolvió a primeros de los 80 siendo un ejemplo para otros grupos de procedencia suburbana ayudaron a hacer
crecer la semilla del rock, ni que fuera al margen de las radiofórmulas
españolas de escucha masiva, que se volcaban más en el pop. Se
diría que el propio Rosendo Mercado, aún gozando del favor de
multinacionales como RCA en los 80 y Dro (actual Dro Atlantic) en los
90 y 2-miles, ha mantenido una trayectoria coherente y bastante
uniforme de buen guitarreo y letras elaboradas, directas y sin
tapujos cuando se trata de tirar a dar a todo el que provoque que
el mundo se vaya un poco más a pique:
políticos, mass media, o simples gentes de mal vivir y mal
pensar altamente tóxicas para los demás. Y todo ello sin
sentirse ni más ni menos estrella que cualquiera, defendiendo a capa
y espada el Madrid suburbano de sus entretelas, un entorno humilde hoy como ayer pero que también le ha dado alegrías a su
cuerpo: en 1999 fue el encargado de clausurar a golpe de concierto
uno de los símbolos de la represión franquista como es la cárcel
de Carabanchel, y desde el año 2000, una calle de Leganés lleva su
nombre.
Tampoco es
que yo sea un fan fatal de Rosendo, pero si tuviera que recomendaros
algunos discos de él, mi selección sería la que siguiente: “Loco
por incordiar” (1985) ; “ Deja que les diga que no” (1991) ;
“Para mal o para bien” (1994) ; la BSO de la película “Dame Algo” (1998) ;“Siempre
hay una historia...en directo” (1999) ; “Veo, veo…Mamoneo” (2002), “El Endémico Embustero
y el Incauto Pertinaz” (2007) ; “A veces cuesta llegar al
estribillo” (2010) y "Vergüenza Torera", su última entrega aparecida pasado 1 de
octubre de este año.
Apunte nostálgico : yo descubrí el "¡ Sí, señor !” con unos 6 añitos a través de una vieja cassette llamada " Grandes del Heavy ", comprada por uno de mis hermanos mayores en los 80. Aún siendo la típica
cinta barata de esas que se venden (o se vendían) en bares cutres y
gasolineras, la selección de esa cinta era ( y es ) la caña: Barón
Rojo aparecían con “Casi me mato” (que en mi casa fue la BSO
de una de la mini-películas de mi Supercinexin ) y “Herencia Letal”.
Su competidores directos, los Obús, también tenían su
espacio en ambas caras de la cinta con “Dinero, Dinero” y “Estúpido Acusador”.
Otras bandas que enarbolaron la bandera del heavy español presentes
en aquella cassette eran Panzer con "Perro Viejo" y los Sobredosis con la consigna “Alíate”. Todos
ellos denunciaban a guitarrazo limpio diversos vicios de la sociedad
moderna -la corrupción política, el militarismo, el pánico a un
ataque nuclear, la angustia vital, etc.- y llamaban a la resistencia
activa para cambiar las cosas.
Como
banda, Leño duraron apenas cinco años, pero su legado, como el de
cualquier viejo rockero, nunca muere: hoy por hoy, el mejor modo de
redescubrirlo ahora y aquí es agenciarse, el “box-set” “ LEÑO
1978-1983” (Sony/BMG, 2013), que incluye sus cinco discos
originales y extras muy
interesantes para conocer mejor a toda una banda y a toda una época.
Tan vivo está el legado de Leño y de Rosendo que 1) Rodrigo Mercado
es tan cañero como el padre que lo parió, y 2) no muy lejos de
donde yo me encuentro escribiéndoos esto, existe una banda de
reciente creación en los alrededores de Barcelona llamada
Rosendeando, una propuesta que combina el tributo a nuestro maestro
con una puesta en escena sencilla pero con gancho y buena aceptación
en salas pequeñas. Por cierto, que los miembros de Rosendeando son:
Sebastián Ciurana (guitarra y voz) , Ignasi Morral (saxo) y
Abel Sequera (percusión).
Y ahora,
engrasad las cuerdas, afilad las púas y contad hasta cuatro en plan
“vivace radical” ;)
PD: De
pronto acabo de recordar a una persona que me enseñó a gritar “
¡ LARGA VIDA AL ROCK & ROLL ! ” cuando era un crío…
Francisco
Castro Pleguezuelos (1967-1992), este post va por ti .
No hay comentarios:
Publicar un comentario